viernes, 27 de septiembre de 2013

Manual de supervivencia.

Entonces pasa algo en tu vida, puede ser cualquier cosa, la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, alguna crisis económica, ruptura amorosa, crisis política, se te acaba el papel higiénico. Puede ser cualquier cosa, grande o pequeña, pero pasa y pasa que todo se empieza a desmoronar. Las pequeñas cosas se hacen enormes, todo se te cae encima, no podés más, bajás o subís de peso de súbito, dejás de dormir o dormís mucho... Te deprimís pues. Así, en realidad estas en el hoyo y no sabés como salir y te vas a morir y en realidad, una de dos, o la depresión te mata o la depresión te hace más fuerte.
Yo la sobrevivo. Aquí algunos de los "tips" para sobrevivirla.

1. Bañarse todos los días. Es en serio, no importa si no tenés que salir de la casa, si no vas a ver a nadie, si hace frío, si te odiás a vos mismo y no te dan ganas de verte el cuerpo desnudo. Bañarse todos los días además de que es higiénico, te hace sentir un poquito menos miserable. Al menos hiciste eso por vos, te bañaste.
2. Comer al menos dos tiempos al día. No importa si al principio no podés soportar la comida, si se te cierra el estómago y querés vomitar y llorar. Comé. Podés empezar con cosas sencillas, no tiene que ser necesariamente nutritivo (procurá ser lo menos nocivo posible) pero tiene que ser algo que asimilés bien y que no tengás que procesar mucho. Bocados pequeños, cosas suaves. Yo pasé como 4 días comiendo tapioca, luego pasé a cosas más sólidas, ahora como normal.
3. No te hartés. Si sos de los que te da por comer, comé mucho pero comé frutas y cosas crudas, zanahorias y cosas así. La idea es masticar. Tomar agua ayuda a llenarse más rápido y no morir por arterias tapadas.
4. Practicá tu hobbie. Al principio es difícil porque no tenés ganas de hacer nada y estás muy ocupado pensando en lo triste, miserable y sin sentido que es tu vida. Empezá sencillo. Cosas que talvez no tengás que salir de tu cama o del cuarto. Leé, tomá fotos, escribí, contá ladrillos. Cosas sencillas que disfrutés. Dormir todo el día y pasar insome por las noches puede ser productivo.
5. Hablá. Buscá a tu familia, tus amigos, tu pareja, tu psicólogo y deciles: oe, estoy deprimido y me siento mal. Platicá de tus cosas, asumí tu depresión. Nadie te va a dar una solución y talvez nadie realmente te pueda entender, pero saber que hay gente que te quiere y que te escucha ayuda. Además, te dan otros puntos de vista y pensás, bueno, talveeeez si estoy siendo muy idiota.
6. Hacé cosas que te gusten. Digamos, a mi me gusta tomar. Al principio siempre me emborracho. Pero siendo realistas, pasar borrachos no es la solución porque realmente no te ayuda y es medio nocivo para la salud. Hacé cosas que te gusten y que no pongan en riesgo tu salud. Digamos... a mi me gusta la radio, una amiga me dio el chance de hacer radio con ella. Cuando puedo, voy y hago radio con ella. Eso lo disfruto. También me gusta bailar, entonces bailo, aunque parezca loca. Al final me rio de mi y ya es ganancia.
7. Hacé planes. No a largo plazo, ni planes de vida. Si estás deprimido no ves mucho futuro a nada, así que empezá sencillo. Mañana voy a ir al super por la mañana, en la tarde voy a lavar ropa, en la noche voy a leer tal libro. Luego, esta semana voy a arreglar mi cuarto, este mes voy a ir al cine. Qué sé yo, cositas que podás ir haciendo de a poco pero que te comprometan a hacerlas. Incribirse en algún curso y prometer hacer la tarea. Ir a la playa con tus amigos. Planes, planes.
8. Da las gracias. Siempre, todos los días, dá las gracias por las cosas que tenés. Tu vida es una mierda. Si, es una graaan mierda, pero tenés techo y comida y tenés tiempo para pensar en lo mierda que es tu vida, da gracias por ese tiempo. Da gracias por el agua potable, por tus amigos, por tu familia, por tu ropa, por tu trabajo. Empezá pequeño y hacé el ejercicio. Poco a poco vas a irte dando cuenta que a pasar de toooodo, siempre hay algo por lo que se puede agradecer y de ahí te podés empezar a enfocar en esas cosas que si son buenas y cambiarte el chip y vivir.

No sé si esta guía le sirva de algo a alguien más. Todavía no sé qué tan bien sirva. Por experiencia puedo decir que tengo 25 años y sigo viva. Si lo estás leyendo, pues tambíén estás vivo, ¡felicidades!
Hacé tu propia guía, a ver qué te sirve. Al final, lo importante es sobrevivirse, ¿no?

miércoles, 25 de septiembre de 2013

NO leer.

Hoy tengo un insomnio
Es un insonmio triste. He escrito al menos tres cartas en mi cabeza, y una typeada antes de esta entrada.
Soy feliz. A veces estoy triste. Existe una diferencia.
Quisiera no escribir esta entrada, quisiera estar dormida.
Tengo sueño pero también tengo mucho que decir y no lo digo.
El no decir cosas me quita el sueño.
Estoy perdiendo el enfoque nuevamente.
Ya lo voy a recuperar.
Esta entada no tiene sentido.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Digamos que somos.

¿A quién engañamos cuando no dejamos ir?
Soy lo que siento y como lo manejo, soy lo que pienso, soy lo que actúo.
Estoy hecha de nada y de todos, de ellos, lo que ya no están y de ellos, lo que siguen cerca.
No me contento con saber que existen cosas que no puedo cambiar, todavía no logro enfrentarme a ello sin sufrir un poco.
Tengo la vista puesta en lo que ya no fue, en lo que ya no fui.
Camino viendo para atrás, por eso tropiezo.
¿Por qué no suelto, no me suelto, no te suelto?
Mover la cabeza y ver hacia el frente, fijarse bien en el camino, de vez en cuando mirar hacia atrás, hacia adentro, ver lo que he logrado, lo que me ha costado, lo bien que lo he hecho.
Dejar ir las cosas, librarse de culpas, librarte de culpas, aceptar realidades, aceptar hechos.
Resulta que la vida es como es y no como nos gustaría que fuera. No es mala, es así.
Mirar para atrás y dar gracias.
Mirar para atrás y hacer fotos, pegarlas en la retratera del alma, recordar con calma.
No engaño a nadie si no dejo ir, ni tampoco engaño a nadie si no perdono, o si digo que lo hago y no lo hago.
No puedo dejar ir, no sé como.
Las cosas se sueltan solas, por el peso, por la gravedad, por el tiempo, porque la mano se cansa de tensar los dedos, porque el brazo pierde fuerzas, porque ya luego no te acordás de por qué agarrabas tanto.
No estoy dejando ir, no miento.
Te vas soltando solito.

lunes, 9 de septiembre de 2013

"Any resemblance to people living or dead is purely coincidental... Especially you, Jenny Beckman... Bitch."

--> This is what happens when you see an average of 2 movies per day for a week in a row.  <--

So, it is friday night and Im tired and Im not sad. Im home, finally.
I see that little green icon on the top corner of my phone and my heart jumps a little when I see is your name right next to it.
Im glad is you, I wanted it to be you.
You said you were thinking that this particular night was a great night for us to sleep together,
I say, well, I think all nights are great nights for us to sleep together.
You see where the problem is, right? I see it.
My heart jumps a little to hard inside my chest and it hurts, my brain feels like on speed, my tears rush down my face.
I hate you for a few hours, Im very upset, Im mad, I feel like bleeding.
I wake up.
Im still mad, upset, unbalanced, angry, sad, glad, confused... weird.

Ted Hamilton, you never changed, you are still an asshole.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Depurando

Hola,

No te había escrito últimamente porque andaba ocupada desordenando mi vida y tratando de ponerla en orden. No he tenido éxito en la segunda parte y creo que la primera es parte de la rutina natural, entonces no cuenta,
Me detengo unos minutos para dedicarte estas líneas, te las debía y te las dedico hoy, porque estoy de insonmio y de estreno. El mes está nuevecito y me quedan varios días para terminar de sobrevivir el año.
Primero que nada, es necesario decirte que no siento ningún tipo de odio verdadero hacia tu persona, sin embargo y por temporadas, tengo ataques graves, intensos y profundos de rabia y de ensangramientos hacia vos.
Quiero decirte que me caes mal a veces y de vez en cuando, que odio cuando contestás el teléfono y sonás como en estado total de distracción y cuando no contestás el teléfono también.
Odio que los años pasen y todavía me sienta de esta manera, sorprendida y decepcionada. Ya te conozco lo suficiente para saber que siempre vas a a ser así, llevo vidas coleccionando sorpresas desagradables viniendo de vos. Omitir la verdad no es mentir, pero la excusa de: no preguntaste, ya me tiene aburrida.
También me parece pertinente que sepás que odio los dias como hoy, en que parece que va a llover y no llueve, me recuerdan a vos cuando hablamos de hacer planes, de hacer negocios o de poner gasolina.
Me molesta de sobre manera el apodo que decidiste darme, no es original, es viejo y odio como suena en tus labios, te pido encarecidamente que lo dejés de usar, yo ya no uso ninguno de los varios que alguna vez te puse o que te pusieron y aceptaste como natural.
Me da rabia la naturalidad con que tomás las cosas y la falta de malicia con la que te referís a los hechos, sos responsable de tantas cosas y sin embargo no sos culpable. Me molesta que por las noches, nada de eso te quite el sueño.
Áquel viaje mal logrado a aquella isla de ensueños, eso también lo detesto. Hoy por hoy pensar en ello me hace pensar en vos y lo detesto. Desearía no haberte conocido o no haberte nunca asociado con ese paraíso, ahora es un infierno con colores bonitos.
Cada invitación cordial, abrazo y/o deseo bien intencionado, te lo devuelvo. De vos no quiero ni eso, ni tus buenas intenciones porque de esas esta repleto el infierno y a mis demonios le animan tus augurios, les alborota la panza y les celebra la fiesta.
Te devuelvo, en la misma sevilleta, todas tus palabras nobles y toda tu buena voluntad y educación, qué pereza saber que sos mejor persona que yo, más evolucionada si querés. Soy primitiva, unga, unga. Go to hell.
Me despido deseandote todo lo que me deseás a mí, que yo sé que son cosas buenas y desde el corazón. Espero que la vida te dé lo que andás buscando, que te encontrés con aquella persona que te haga sentir lo que me hacías sentir y que no te hagan chicle como la rabia me pide que te desee.
Espero que esta carta se autodestruya en 30 segundos, o que nunca la leas, o que la leas y no sepás que es tuya o que la leás y sepás que si o que en realidad, cuando yo la lea de nuevo, sepa para quién es, porque la verdad, entre tantas rabias que me ando, no sé para quién la escribo.
Saludos y abrazos gordos.

Lucila