martes, 15 de enero de 2013

Carta al tipo del metro.

No-querido Farid:

Ayer -tenés razón- me viste con la típica cara de turista y te parecí el blanco perfecto, me seguiste, entraste conmigo al subterranéo y me empezaste a hablar. La verdad es que me asustaste un poco. No es que seas feo -que si lo sos- ni que seas viejo -que también lo sos- sino que no estoy acostumbrada que un tipo que nunca antes he visto en mi vida, me vea caminar en medio de no se que cantidad de gente y decida seguirme para hacerme preguntas personales.
Seré muy puerquito en la ciudad, pero te di un nombre falso, anoté tu número sin la menor intención de llamarte alguna vez en mi vida y te pedí indicaciones con miedo a que te montaras al mismo metro que yo o que te ofercieras a acompañarme a mi casa. 
Agradezco mucho tu amabilidad y me siento un poco -no mucho- halagada por la molestia que te tomaste conmigo, también agradezco que no me indicaras un lugar equivocado o que no me acorralaras contra alguna pared.
Compartiré una reflexión con vos.
Cuando veas a una tipa, con cara de recién llegada y muchísimo menor que vos, mejor dejá que ella se te acerque, porque tenés un poquito la cara como de asesino en serie y no vas a llegar muy lejos.

Att,

Lucía.

lunes, 14 de enero de 2013

No es JetLag, es insomnio.


Ahora estoy confundida.
Faltan dos minutos para que marque la una de la mañana y tengo sueño, pero no puedo dormir. Dicen que cambiar de zona horaria afecta, en Nicaragua son como las seis de la tarde pero la verdad es que no creo que sea jetlag, más bien ha de ser insomnio puro y duro.
Lo que pasa, es que en cualquier zona horaria, me da por pensar en cosas que no puedo controlar.
La cosa se pone buena y se pone mala. Tengo 25 años y no tengo trabajo, soy turista de oficio y luego de estos tres meses no sé que voy a hacer.
Antes el problema era que ya me quería venir, ahora, es que no se que voy a hacer luego.
Hoy hizo frio y me fui a comprar una agenda y a caminar por las ramblas en búsqueda de un centro cívico que promete hacer mis lunes un poco más interesante y pues... me puse a ver a la gente.
Que montón de gente con cara de que tenían algo que hacer, hablando por teléfono, comprando cosas, bajando y subiendo del metro, vendedores, meseros, estudiantes... la mayoría camina rápido, sin poner mucha atención a lo demás... Yo no, yo camino lento y voy tomando fotos.
Voy a mandar a la mierda el jodido jetlag y me quedo con el insomnio, porque el jetlag le ha de dar a esas personas que tiene cosas de poca importancia por hacer; A los que contamos hormigas y nos abruman las cosas que jamás vamos a poder resolver -porque en realidad no pretendemos hacerlo antes de que nos veamos en la penosa necesidad- el insomnio es patente.