Unos viejitos locos se tomaron el INSS, a la fuerza y a empujones.
Cuando supe también supe la historia de la gente que estaba dentro
del INSS, asustada, secuestrada dentro de su lugar de trabajo y yo pensé:
pobres viejos y pobres trabajadores del INSS, ninguno tiene la culpa. Todos
están ahí porque quieren vivir dignamente y los culpables andan en
camionetonas, viajan con toda su familia y sus amigos a lugares exóticos,
alquilan meseros y chefs de restaurantes caros para los almuerzos de sus casas,
hacen política y jalan agua para sus molinos.
Los viejitos locos del INSS pasaron una noche ahí metidos, no han
comido y están enfermos, vamos a hacerles la campaña.
La noche del martes no fui, estaba cansada y me tenía que
despertar muy temprano al día siguiente. Mañana en la tarde paso a darme una
vuelta a ver en qué puedo ayudar, pensé.
Todo está tranquilo en el INSS, ahí siguen los señores, pero todo
en calma... Cinco minutos después, broder, vengan, la policía los está
turqueando, aquí no hay nadie, los viejitos están solos y la policía los está
empujando, la que pueda venir, venga por favor.
Me vestí a como puede y salí disparada el miércoles a medio día,
algunas de mis amigas estaban en el INSS y a los viejitos locos los estaban
turqueando.
La policía ganó terreno, me gané un par de patadas, un rayón en la
cara y mucha rabia.
Los viejitos locos llevan muchas horas sin tomar agua, están
llegando muchas donaciones y no las dejan pasar, tienen todo bloquaeado, no
dejan entrar a nadie.
La tarde pasó relativamente tranquila, llegó un político y todo se
malinterpretó, me habría gustado no irme a almorzar a la hora que llegó ese
político, para invitarlo a irse, a él no lo queríamos ahí.
Por la noche llegó más gente, había mucha comida, médicos, muchos
medios. Los viejitos seguían sin comer ni beber nada, alguíen sugirió, ya que
hablar y suplicar que dejaran pasar agua o comida no funcionaba, que
rompieramos el cordón policial y alguien llevara víveres. Eramos pocos, la idea
era loca, pero vamos.
Empujamos, nos empujaron, la cosa se salió de control y vi como se
caía un señor y como la policía se le iba encima y luego como se llevaron a
punta de patadas y puñetazos a Elías, escuché la orden de: ya no los contengan,
solo turqueenlos y tuve miedo, pedí calma.
Optamos por seguir con súplicas y ruegos y negociaciones, la
policía era intransigente. Cantamos, bailamos, nos organizamos con los viejitos
locos que no estaban dentro del INSS, nos aseguramos de que por lo menos ellos
tuvieran bebida, comida, cobija y medicina.
Yo me fui cerca de la una de la mañana y me dormí.
Sin que nos dieramos cuenta, sacaron a los viejitos a la fuerza.
Ya no hay nadie adentro. Los señores dijeron que se quedaban en el plantón, nos
quedamos con ellos hasta que ellos decidan irse.
El jueves fue tranquilo, nos organizamos mejor, contruimos una
champa, organizamos bien las medicinas, la comida, llegaron algunos músicos,
bailamos, cantamos, estabamos ahí hasta que ellos quisieran.
El viernes se organizó un concierto, yo no pude ir, trabajo.
Teníamos miedo, habían rumores, la policía empezó a actuar extraño, los mensajes entre los amigos eran, tengan cuidado pero pásenla bien. Los señores vieras como bailan!
Teníamos miedo, habían rumores, la policía empezó a actuar extraño, los mensajes entre los amigos eran, tengan cuidado pero pásenla bien. Los señores vieras como bailan!
Me dormí como a las dos de la mañana la madrugada del sábado 22 de
junio.
A las cuatro mi compañera de casa me despertó: Amor, los
turquearon.
En mi teléfono muchos mensajes: Nos están golpeando, no sabemos a
donde está X, Y, Z. Ayudános.
Llamadas telefónicas, nervios, incertidumbre, llanto, recorrer
Managua de madrugada, ver a la gente golpeada, llorando, angustiada por los que
no sabíamos nada. Padres de familia angustiados llamando a mi celular
preguntando por sus hijos, recuento de cosas robadas, miedo. No saber qué
hacer.
El 22 de Junio del 2013 en Managua golpearon, robaron e
intimidaron a un grupo de jóvenes que estaba acompañando a unos viejitos locos
que se habían tomado el INSS.
Yo estuve ahí, sí pasó y no me olvido.