martes, 27 de noviembre de 2012

Cronopio y flor.

Me gustan los cuentos, mucho.

Esto no es cuento, es cierto.

Conocí a un cronopio, uno de verdad, carne y hueso y todo eso.
Es pequeño y húmedo y vive la vida de una manera fascinante. Es complejo este cronopio
A veces pienso que tal vez me equivoqué, pero no, es un cronopio real y estoy segura de eso.
Estoy segura de eso porque a veces y más que a veces, muchas veces, cuando pienso en él, pienso: "Es como una flor".

Aquí el cuento de Cortázar que lo ilustra:

Flor y cronopio

Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz. La flor piensa: «Es como una flor».


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