martes, 15 de enero de 2013

Carta al tipo del metro.

No-querido Farid:

Ayer -tenés razón- me viste con la típica cara de turista y te parecí el blanco perfecto, me seguiste, entraste conmigo al subterranéo y me empezaste a hablar. La verdad es que me asustaste un poco. No es que seas feo -que si lo sos- ni que seas viejo -que también lo sos- sino que no estoy acostumbrada que un tipo que nunca antes he visto en mi vida, me vea caminar en medio de no se que cantidad de gente y decida seguirme para hacerme preguntas personales.
Seré muy puerquito en la ciudad, pero te di un nombre falso, anoté tu número sin la menor intención de llamarte alguna vez en mi vida y te pedí indicaciones con miedo a que te montaras al mismo metro que yo o que te ofercieras a acompañarme a mi casa. 
Agradezco mucho tu amabilidad y me siento un poco -no mucho- halagada por la molestia que te tomaste conmigo, también agradezco que no me indicaras un lugar equivocado o que no me acorralaras contra alguna pared.
Compartiré una reflexión con vos.
Cuando veas a una tipa, con cara de recién llegada y muchísimo menor que vos, mejor dejá que ella se te acerque, porque tenés un poquito la cara como de asesino en serie y no vas a llegar muy lejos.

Att,

Lucía.

1 comentario:

  1. Acabo de descubrir tu blog, y me ha encantado... genial esta frase final.. :D

    ResponderEliminar