lunes, 9 de julio de 2012

Reach out and touch me.

Lo que pasa es que a veces me siento como al borde y me ahogo en un grito al que nadie responde. Y entiendo por qué habrían de no entender, en realidad no estoy diciendo nada. Es sólo ruido, de mi boca sale ruido. O no sale nada, pero debería salir. Porque la presión me mata, se me acumula en la garganta y me asfixia y cuando no hay nada más que hacer, las lágrimas rebalsan el borde de mi ojo y se precipitan hacia el vacío. Siento que estoy a ciegas caminando en un pasillo ancho, ancho y largo, largo y no hay nadie que me ayude a no caer o que me diga que no tenga miedo. Extiendo las manos tratando de adivinar el camino y de alcanzar a alguien para que me acompañe pero grito y lloro y palpo y no logro alcanzar a nadie.

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